En la actualidad lo digital está dejando a un lado el papel, de la misma manera en el sector de la comunicación la publicidad digital empieza a comer terreno a la publicidad impresa. Así lo afirma al menos el último estudio de ZenithOptimedia, según el cual en el año 2015 la publicidad digital sobrepasará en gasto a la publicidad impresa; es decir, uno de cada cuatro dólares en todo el mundo se invertirá en publicidad digital.
Tal vez antes estuviéramos agobiados por la cantidad de material promocional que llegaba a nuestra casa, pero ahora es nuestro e-mail lo que está desbordado de publicidad. Hoy casi nos extraña recibir material publicitario en casa, sobre todo si es de gran calidad. Pero lo que está claro es que, si ese material cumple nuestras expectativas, solemos conservarlo durante días o semanas, mientras que pocas veces pinchamos sobre la publicidad en las páginas que visitamos en Internet. Y es más efímera.
Entonces ¿deberíamos olvidarlos tan pronto del papel y pasarnos a lo digital?
La respuesta es no. Pongamos de ejemplo los catálogos corporativos, pensándolo como el punto de encuentro entre la compañía y sus potenciales clientes. Si bien las características esenciales de los catálogos digitales son convenientes para la empresa (interactividad, la simple actualización, el alcance y el bajo coste) no significa que sean mejores que los impresos. Un catálogo digital pierde efectividad, puesto que es más difícil de visualizar. Además, aún hay personas (cada vez menos, eso sí) que no están inmersas en la Era digital y desconocen muchos de sus aspectos y funcionalidades. Por el contrario, un catalogo impreso posee una relación especial con el usuario, al tenerlo en las manos se percibe más cercano, mejor y de mayor fiabilidad.
En CPP creamos en la relación entre el usuario y el catálogo, muestra de ello son nuestros trabajos para Toshiba, donde la fidelidad, la calidad y la cercanía quedan patentes.
Si quieres saber más sobre nuestros trabajos ¡no dudes en contactar con nosotros!
Comentarios recientes