“No pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”. A. Einstein.
Romper con la inercia, con la comodidad, con lo de siempre. Intentar lo nuevo. Apostar por nuevas soluciones, nuevos enfoques, nuevas formas y nuevas personas y protagonistas. Una nueva filosofía en la empresa, en las instituciones y en nuestra España que nos haga romper con la rutina. La rutina es la asesina de la creatividad y la fuente del inmovilismo y en muchos casos de la corrupción.
Busquemos la genialidad, la singularidad, el desparpajo, la creatividad con unos toques de rebeldía e ingenuidad.
Descubramos caminos nuevos con criterios propios.
Perdamos el miedo a los errores. “El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada” decía el dramaturgo Goethe.
Es más grave la falta de iniciativa y el conformismo que el miedo a confundirse. Tenemos que ser tolerantes y flexibles, cada error es una oportunidad para el aprendizaje. Busquemos la libertad de pensamiento que nos permita decir lo que pensamos, sin miedo, y apostemos por la creatividad, por las ideas no preconcebidas. Huyamos de las recetas de la abuela y de la ignorancia. Busquemos la individualidad, el hecho diferencial. Escapemos de lo políticamente correcto y huyamos del rebaño.
“No os dejéis atrapar por los dogmas, que es vivir con el resultado del razonamiento de los otros, no dejéis que el ruido de las opiniones ajenas ahogue vuestra voz interior. Seguid vuestros impulsos y vuestra intuición” declaraba en su última aparición Steve Jobs.
Busquemos la eficacia y eficiencia, los resultados, en vez del presentismo funcionarial y acomodaticio, huyamos de las rigideces de los horarios y de nuestra presencia física en las oficinas. Apostemos por la conciliación.
Gastemos energías en solucionar problemas y no en recrearnos en el problema. Actuemos sobre el corto y medio plazo; no aplacemos los problemas con planes estratégicos a 5 ó 10 años.
Recuperemos las alas de la imaginación. Viajemos, salgamos, cambiemos de aire, entremos en contacto con otras civilizaciones y culturas. Estemos siempre dispuestos a escuchar las historias más inverosímiles. La revelación aparece cuando uno menos se la espera. En la agitación o en la calma. En los escenarios cotidianos o en los más insospechados. Necesitamos nuevas ideas.
No des a priori por buena, ni una sola de las costumbres adquiridas. Contrástalas con las innovaciones más avanzadas.
Y, por último, la mejor receta para salir de la crisis es: no seguir las recetas.
Javier Pedrosa Galán